Ayer, 4 de Diciembre Rubén Sánchez y Estrella se sumaban a la lista de los mayores de la clase, donde esta semana el martes también se unía Isabel María, los tres como cada de cumpleaños cumplían con el ritual, buscarse en la lista de los pequeños de la clase para a continuación añadirse a la de los mayores....
En el día de ayer como cada día anotábamos el plan del día y tras el recreo les anoté que tras lavarnos las manos y beber agua teníamos algo especial que no podían saber porque era sorpresa.
Al venir del recreo teníamos la puerta cerrada, aún no podían entrar y tras esperar un rato salieron de la clase con la escalera de Marchena Antonio, el abuelo de Carmen, y Monse, la mamá de Estrella.
¿Qué sería?¿No veían nada, aunque alguno miraba al techo, si llevaban una escalera para ellos que sería que se habría estropeado una luz y como Marchena saben que está enfermo, podrían haber venido a la clase para ayudarnos....sin embargo más de uno y de uno comenzó a ver estrellas, aunque este hecho no se corrió entre ellos.
Monse y Antonio los invitaron a tumbarse boca arriba, a cerrar los ojos, a esperar mientras ella iba contando hacia atrás y nosotros íbamos cerrando las persianas y apagando la luz del pasillo....
Antonio que le apasiona LAS ESTRELLAS, como nos dijo cuando nos vino a hablar de la luna, nos la fue enseñando y se les veían encantados, sobre todo a Diego que este mundo le gusta mucha y que debe compartir esta afición con su padre.
Juntos compartimos luego una historia muy bonita de animales, donde la amistad se desborda por todos lados, un pequeño erizo se ha perdido y con la ayuda de los animales del bosque logra reunirse con sus padres...
Muchas gracias a los dos por este regalo tan bonito.
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